“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

sábado, 16 de julio de 2016

En la Iglesia NO sobra nadie


Domingo 16 del Tiempo ordinario.
Ciclo C

Gn 18, 1-10ª
Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
Col 1, 24-28

Lc 10, 38-42

Jesús, "el hombre que amaba las mujeres"

Hasta la llegada de Jesús, la religión era cosa de hombres. Así como el resto de la vida pública. Él, en cambio, no sólo se rodea de mujeres, sino que interactúa con ellas de una forma absolutamente original y contraria a los usos y costumbres de la época. Pensemos que se trata de una sociedad totalmente patriarcal, en la cual las mujeres pasaban de la autoridad –casi propiedad- del padre a la del marido o, a falta de éste, a la del hermano varón o a la del hijo mayor. La viudez sin protector era sinónimo de desgracia y miseria. Y la mujer podía ser inmediatamente repudiada en caso de esterilidad (de la cual era responsabilizada) o adulterio.

Uno de los episodios más "feministas" que protagoniza Jesús es el que tiene lugar en casa de su amigo Lázaro (el mismo al que poco después ordenará levantarse de su tumba), en Betania. Lázaro tenía dos hermanas, Marta y María, que también eran amigas de Jesús. Un día, estando Él de visita, se produce un pequeño altercado, porque mientras Marta iba y venía de la cocina a la sala, atendiendo a los invitados, su hermana María, sentada a los pies de Jesús, escuchaba absorta sus enseñanzas.

Marta, irritada porque todo el trabajo de "servir" a los hombres recaía sobre ella, le dice a Jesús: "¿No te molesta que mi hermana me deje servir sola? ¡Dile pues que venga a ayudarme!"
Pero no, a Jesús no le molestaba la situación ni se le pasaba por la cabeza mandar a María a la cocina. Su respuesta fue: "Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada".
La parte que no le sería quitada –pero que hasta entonces la sociedad reservaba al varón- era la del aprendizaje, el estudio y la reflexión.



(Esta entrada forma parte de una nota periodística de Claudia Peiró para el periódico infobae con fecha 27/03/16 y me pareció muy interesante poder compartirla hoy en esta fecha especial).

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