“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

sábado, 25 de diciembre de 2010

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

"Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros"

Deseo que todos ustedes hermanos míos tengan una muy feliz Navidad y estén rodeados del Espíritu del Señor durante toda su vida para que juntos seamos capaces de seguir construyendo el Reino del que el Hijo de Dios nos vino a poner los cimientos. Aquel Reino que no está regido por el peso de la Ley, sino por la misericordia del Amor. Porque Dios es Amor.

Hoy nos ha nacido un Salvador. Nos redimió de la muerte provocada por el pecado y regresó a la humanidad toda su dignidad, no sólo como criaturas, sino como hijos del Padre. Por eso es nuestro deber y salvación darle gracias siempre y en todo lugar, y la mejor forma de hacerlo es actuando. Porque como nos dice San Juan Evangelista: "En el principio era el Verbo", y ese Verbo es Jesús mismo que fue engendrado de la misma naturaleza que el Padre por quien todo fue hecho. Verbo es acción y acción es testimonio.

Sacrificio también puede significar "hacer sagrado", y cuando Dios se hace hombre por amor a su creación nos hace parte de esa sacrilidad a la que debemos honrar con nuestras buenas obras, siempre mirando a los más necesitados porque "todo aquello que hicieron por estos pequeños, me lo hicieron a mí"

Dios nos bendiga a todos los que cada día luchamos por tener un mundo más en consonancia con el Reino, en el que los derechos de todas y todos los seres humanos sean respetados. Como cristianos es nuestra tarea seguir el ejemplo que nos vino a dar Jesús y, como su Madre nos pide: "hagan todo lo que Él les diga", pues es Consejero admirable, Dios poderoso, Príncipe de la paz. Volvámonos pues a Él y provoquemos que esa paz suceda desde el interior de nuestras familias, que a la sasón, siempre que luchen por estos ideales en la sociedad son bien vistas por el Padre sempiterno, sin importar si son homoparentales, uniparentales o tradicionales.

Vivamos pues el ejemplo de Jesús y no nos olvidemos de Él en esta Navidad, en la que más que celebrar el cumpleaños de Cristo, celebramos el gran regalo que por amor dio Dios al mundo, su Hijo Amado en quien tiene todas sus complacencias.

Gloria in excelsis Deo

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