“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

jueves, 23 de septiembre de 2010

Gays Católicos

24 de noviembre de 2009
Ambiente G

Repasando la prensa esta mañana mientras desayunaba, me he encontrado con un interesante artículo en el diario El País sobre gays católicos. Y digo interesante, porque muchas veces parece que dentro de ese inteligible y supuestamente homogéneo colectivo LGBT español, sólo hay gays ateos. Es más, a veces parece que ser gay y creyente, es algo que no puede darse.

Y claro que hay una mayoría de gays ateos. Pero la verdad es que también hay muchos gays católicos, en sus diversos grados. Desde los que simplemente son creyentes, pero pasan de la Iglesia, hasta católicos practicantes de ir a misa todos los domingos. Y es que, como he dicho alguna vez, por suerte, cada gay es un mundo, y no somos clones.

Cierto es que puede chocar que un gay sea católico, especialmente por la postura de la retrógrada jerarquía católica. Yo mismo, suele meter caña desde este mismo blog a las posturas intransigentes del Vaticano o de los obispos españoles en relación a los derechos de los gays. Pero no es menos cierto que una cosa son los obispos, y otra cosa, la Iglesia a pie de calle, y las creencias de cada uno.

Precisamente, en el artículo de El País de hoy se hace referencia al bonito caso de una pareja de lesbianas que están enamoradas desde 1972 y que se casaron en el 2005, nada más aprobarse el matrimonio gay en España, después de 40 años de convivencia. En su boda, celebrada obviamente por lo civil, se leyó, por expreso deseo de ambas, un salmo.
 
Como es evidente, tras decir que en su boda se leyó un salmo, las dos mujeres son católicas practicantes. Colaboran activamente en su parroquia, y como no puede ser de otra manera, se sienten dolidas por la postura que mantiene la jerarquía eclesiástica en materia de derechos LGBT.

En el mismo artículo aparece también el testimonio de otro gay cristiano, que afirma que está en un segundo armario, ya que no se atreve a decirles a sus amigos gays que es católico. Una realidad para muchos gays, que no se atreven a decir a su círculo gay que son creyentes, ya que es una postura que no entra en la cabeza de muchos. Al igual que tampoco entra en la cabeza de muchos que existan gays en el PP. Y haberlos, haylos.

El mensaje de todos estos gays es claro. Ellos creen que si Jesús volviera a la Tierra, estaría de nuestro lado, ya que la postura de la jerarquía católica está en contra de la doctrina que predicaba Jesús de Nazaret.

En el artículo también se destaca que aunque la postura de la Iglesia Católica es la que es a nivel oficial, la postura de buena parte de los sacerdotes es totalmente diferente, ya que a título individual sí que apoyan al colectivo gay. Una opinión que comparto, al menos, por algunos sacerdotes que hay en mi círculo social, y de los que jamás he recibido una mala contestación ni un sermón por ser como soy.

Por eso me fastidian las posturas hipócritas y fariseas de la jerarquía católica, muy alejada no sólo del conjunto de la sociedad, sino incluso de buena parte de los católicos de a pie. De hecho, lo que yo conozco de la Iglesia, no se parece en nada a lo que predican gente como el cardenal Rouco Varela o el propio Benedicto XVI.

Esperemos que muy pronto, todos esos gays católicos que andan escondidos de la Iglesia por un lado, y de los propios gays por otro, puedan practicar su fe y demostrar su amor en libertad, sin ser censurados por nadie. Al final, lo que importa, o lo que debiera importar, es el amor entre la gente, sin importar la orientación sexual de cada uno.

Aunque me da, que aún tendremos que esperar bastantes años para que la jerarquía católica deje de lado sus ideas retrógradas, y se acerque un poco más a esa doctrina que tanto pregona a los cuatro vientos basada en el amor y en la igualdad de todos los hombres.

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